Huyen de sus países, del África subsahariana. Huyen de la pobreza, de las sequías, de la guerra. En definitiva huyen del hambre. Después de una larga y peligrosa travesía por el desierto, los que logran llegar a Marruecos están a un paso del ansiado “paraíso”. Y de repente se dan cuenta que la espera de su sueño se convierte en una pesadilla.